LA CULTURA POSTINMUNOLÓGICA EN LA ERA DE LA PANDEMIA
ARS BREVIS: Anuario de la Càtedra Ramon Llull Blanquerna, núm. 26, (2020)
A raíz de la crisis de la Covid-19 hemos oído en los últimos meses una serie de palabras y expresiones tales como: “combate”, “bajas”, “soldados”, “defensa”, “interés nacional”, “frente”, “batalla”, “destrucción”, “letalidad”, “mortalidad”, “damnificados”, “pérdida de libertades”, “arma biológica”, “héroes y heroínas”, “daños colaterales”, “trinchera”, “reconstrucción”, “bien superior”, “patria”, “traición”, “genocidio”, “Plan Marshall”, “primera línea”, “ejército”, “abastecimiento”, “luto nacional”, “conmoción”, “duelo”, “toque de queda”, “enemigo” (y un largo etcétera) que de forma inconsciente nos remiten a la idea de guerra. Estas expresiones han sido enunciadas tanto por dirigentes y representantes políticos como por el grueso de la opinión pública.
El presente trabajo tiene por objeto tratar de abordar las potencialidades y límites, aspectos positivos y negativos, pros y contras de la aplicación de “marcos bélicos” en la gestión de la pandemia y la grave crisis que ha asestado un duro golpe a nuestras culturas, democracias y economías.
Para ello, he decidido dividir el trabajo en cuatro secciones: en primer lugar, (I) las características principales de la pandemia, así como sus implicaciones. Aquí esencialmente trato de desarrollar dos ideas: a) a lo largo de la historia, en cada época, la sociedad misma ha producido sus propias vulnerabilidades, también a nivel epidemiológico; b) la Covid-19 se comporta como una suerte de acelerante histórico de procesos que ya estaban en marcha (a nivel institucional, geopolítico, económico, etc.). En segundo lugar, (II) un breve desarrollo teórico respecto a los conceptos de “marcos” y “metáforas” y sus respectivos procesos. A saber, priming (preactivación); agenda setting (establecimiento de la agenda); haciendo hincapié en lo que aquí nos ocupa, el framing (encuadre o enmarcamiento). En tercer lugar, (III) el argumentario, que se desdobla: por un lado, en una defensa de las principales aportaciones, potencialidades y virtudes del empleo del “marco de guerra” y, por otro, en la exposición de los principales argumentos en contra del uso de este. Por último, (IV) un epígrafe que se divide en tres subapartados, en donde reflexiono acerca del impacto en términos de libertad de la pandemia. Seguido de las conclusiones y el apartado bibliográfico. Como veremos en las próximas líneas, existen posturas muy divididas al respecto entre las cuáles no caben los disidentes. Los análisis que se han hecho a lo largo de estos meses no han tratado de integrar honestamente los argumentos favorables y desfavorables, sino más bien establecer un discurso rígido y sin fisuras más propio de la militancia que del análisis político. El presente texto es un texto de disidencia.